Amanecer en Venecia (fragmento)
"El amanecer creció sobre la ciudad tiñendo las aguas y los edificios de dorado. En su pedestal el león alado pareció sonreír al recibir los primeros rayos de sol. El campanile de San Marcos pintó una estilizada aguja sobre los tejados, conjurando un reloj invisible que marcaba el momento en el que todos los venecianos comenzaban a desperezarse. Su recorrido señalaría también las diferentes etapas del bullicio compartido entre habitantes y turistas, desde el despertar somnoliento y el frenético recorrido por plazas, canales y calles estrechas, hasta la caza de fotos o souvenirs. El ánimo flaquearía más allá del mediodía, tras la comida, atrapados por la seductora promesa de una cabezada bajo las frescas sombras de los palacetes. La noche, como siempre, sería el último refugio de los más aventureros."
Un pequeño fragmento del lugar en el que se encuentra sumergida mi imaginación por ahora: Venecia. La segunda parte de 'Collar negro, collar blanco' sigue adelante en tierras italianas.
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